lunes, abril 04, 2011

Benefactora compungida.

Estamos varios empleado en una estación cualquiera. Dos de seguridad. Unos chavales de origen magrebí intentan colarse. Los conocemos y no los dejamos pasar. Son delicuentes habituales. Algun alma caritativa, de las muchas que hay y que desconocen lo que ocurre en el interior de Metro alzan su voz en favor de esos pobres muchachos que no tienen ni para pagarse el billete y de lo mal que los tratamos. Uno ya està curtido de estos comentarios ignorantes y ni me inmuto.
Una señora, mayor, nos llama racistas y decide que ella, solidaria, les pagará el billete. Hay que hace el bien a los que nada tienen, asegura.
Dicho y hecho. Paga los billetes de los chavales y entran dando saltos y burlandose de los presentes. La señora baja al anden con aire de benefactora.
Todo arreglado, o casi todo. No han pasado cinco minutos cuando la antes mencionada sube pidiendo ayuda a los que antes habiamos sido insultados. Los muchachos inocentes victimas del mundo injusto acababan de robarle el bolso i salidos disparados a subir al tren que cerraba ya sus puertas.
No haré más comentarios, pero el sentido de verguenza y ridiculo mostrados por la señora no se pueden describir.
Hay gente que cree que todo el mundo es malo, menos ellos, claro.

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