martes, mayo 22, 2007

Seguridad en el metro de Barcelona

22/5/2007 EDITORIAL

Los Mossos imputan a ladrones del metro delitos castigados con cárcel

Los Mossos d'Esquadra acaban de dar un paso que puede ser muy importante para empezar a atajar una de las más graves causas de inseguridad ciudadana en Barcelona: los hurtos en el metro. La detención de 19 personas --18 mujeres, la mayoría bosnias, y un hombre-- marca el inicio de otra forma de acometer un tipo de delito que ha alcanzado dimensiones insoportables. Baste señalar que al año se denuncian en el metro 10.000 hurtos --lo que da que pensar que se cometen muchísimos más, especialmente contra los turistas--, realizados en su mayoría por delincuentes multirreincidentes que cuando son detenidos solo tienen que pagar una multa, de acuerdo con la legislación vigente. La novedad en la actuación que ayer culminaron los Mossos es acusar a los detenidos de asociación ilícita y de causar perjuicios de especial consideración por su acción continuada. Y eso, según el Código Penal, sí que conlleva el ingreso en prisión.
Se trata de acabar con una realidad irritante: los multirreincidentes son detenidos una y otra vez, pero las cifras de hurtos siguen creciendo. Los expertos policiales creen que cuando los grupos de delincuentes subterráneos sepan que pueden ir a la cárcel dejarán de actuar con el descaro y la frecuencia actuales. Para ello, los Mossos necesitan de la complicidad de fiscales y jueces, que deben entender que no estamos ante pequeñas faltas aisladas, sino ante un delito continuado que genera costes económicos altísimos en vigilancia y papeleos posteriores y, lo que es más grave, causa una enorme alarma social. No puede ser que el metro, nuestro principal medio de transporte público, esté condenado a ser visto por los ciudadanos como un lugar peligroso.
La operación de los Mossos, que lleva meses de gestación, se produce cuando ese cuerpo policial está de nuevo en entredicho por el uso de punzones para detener o aplacar a personas que se enfrentan a los agentes. Conviene que Interior delimite perfectamente en qué supuestos puede usarse ese punzón --conocido como kubotán-- para evitar abusos. Ahora bien, debe reconocerse que los agentes especializados en control de manifestaciones han actuado últimamente con notable eficacia para evitar situaciones de violencia en las que pueden producirse heridas graves entre policías y manifestantes. No es fácil mantener el orden con instrumentos disuasorios que, a la vez, no generen daños irreparables.

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